LOS HOMBRES Y LA DANZA
No
pocas veces la danza es asociada con lo femenino, al vincularla a la etérea
figura de una bailarina, elevada en las puntas de los pies y como flotando
entre tules. En los albores del ballet teatral, por los tiempos del
reinado de Luis XIII, solamente los hombres tenían acceso al gran ballet de
corte. Un poco después, si bailaban las damas, lo hacían ellas solas y eran
escasos los espectáculos en que se mezclaban bailarines y bailarinas.
La danza es una de las disciplinas artísticas más exigentes. Es lo que
piensan no sólo aquellos que desde las tribunas ven cómo el cuerpo humano logra
movimientos de tanta perfección, sino también quienes han decidido hacer del
baile su profesión.
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